viernes, 15 de enero de 2016

Joven secuestrado en Iguala narra cómo se salvó de morir



Iguala Gro., enero del 2016 (IRZA).- Joven secuestrado relató el calvario que vivió cuando estuvo plagiado. Sus captores le zafaron la clavícula, lo apuñalaron y aventaron a un pozo, dándolo por muerto.

El joven de 21 años, identificado como L.A.S.J., informó a las autoridades que en relación a los hechos de cómo fue su privación de la libertad, dijo que el sábado 10 de enero del año en curso, alrededor de las 5 de la tarde, él se transportaba en una motocicleta por la calle de Aldama, en el Centro de esta ciudad, cuando repentinamente fue alcanzado por una camioneta Ford tipo Escape de color blanco, de la que descendió un sujeto que ahora sabe responde al nombre de Carlos Manuel, mismo que se trepó en la parte trasera de la moto y con una navaja en su espalda le dijo que hiciera lo que le dijera, si no quería morir.

El sujeto le ordenó que arrancara y le fue indicando las calles por donde debiera rodar hasta llegar al Periférico Sur, de ahí se fueron rumbo a Ceja Blanca y luego a las afueras del poblado de Tlayelapa, lugar donde lo introdujeron a una construcción de concreto abandonada.

Siguió narrando que al entrar al lugar se encontró con un sujeto que ahora sabe responde al nombre de Constantino Gabriel, quien tenía un tubo en la mano con el cual le asestó varios golpes y empezaron a forcejear.

El declarante intentó darse a la fuga, pero los dos sujetos siguieron golpeándolo hasta derribarlo. Enseguida lo amordazaron y lo ataron de manos y pies con cinta canela.

Tirado en el suelo, los sujetos lo siguieron golpeando brutalmente hasta zafarle la clavícula.

Fue alrededor de las 10:30 de la noche cuando le dijeron que habían recibido la orden de matarlo. En ese momento, entre los dos sujetos lo sacaron de la construcción y una vez ahí uno de los criminales (Carlos Manuel) le aplastaba la cabeza con el pie, mientras Constantino le asestó varias puñaladas en el cuello.

El agraviado, según contó, se hizo pasar por muerto. Fue entonces que los secuestradores lo arrastraron alrededor de tres metros y lo aventaron a un pozo artesiano.

L.A.S.J. se quedó quieto por un rato, por si los sujetos seguían adentro de la construcción, en espera de que no regresaran. Después de unos minutos, la víctima, como pudo, empezó a escalar el pozo. Una vez que salió, caminó varios metros pero se desvaneció.


Dijo no recordar cuánto tiempo pasó, pero que cuando recuperó el sentido y abrió los ojos, vio a varios policías, al igual que a su padre -cuyo nombre se reserva- y fue cuando supo que habían detenido a los secuestradores en el momento en el que su mismo progenitor les entregaría el dinero del rescate que habían pedido por su liberación.

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