domingo, 1 de febrero de 2015

Del Director




En base a las evidencias recabadas en los últimos 4 meses por el gobierno de la repúblicas y demás autoridades afines, los 42 estudiantes normalistas desaparecidos desde finales de septiembre del año pasado, fueron declarados formalmente muertos sin que ello quiera decir que el caso esta cerrado,  según lo declarado por los diferentes medios de difusión.

El hecho aunque un poco doloroso tuvo que tener ese triste final porque de acuerdo a las investigaciones y a las declaraciones de las personas involucradas como presuntos autores materiales e intelectuales, no dejan lugar a duda de que efectivamente estos jóvenes con un amplio porvenir en la vida, hayan sido masacrados en la forma que ya todos conocemos.

Sin embargo, es justo llamar a la reflexión a los afligidos padres de estos y de sus demás familiares para que asuman con mucho temple esta penosa decisión, porque de ser cierto que estos jóvenes ya pasaron a mejor vida nada se remedia con estar taladrando la conciencia de los afligidos padres que como todo ser humano desearían que sus hijos regresaran sanos y salvos.

De igual forma haríamos un llamado a quienes con razón o sin ella han estado al pendiente de estos hechos pues como lo dijo en su momento el presidente de México Enrique Peña Nieto, dejar atrás el dolor de quienes lo padecieron en carne propia y buscar la forma de superar estos terribles sucesos porque no queda de otra pues los muertos es imposible revivirlos y es mejor recordarlos por sus acciones positivas y no como algunos grupos han tratado de medrar con ellos intereses personalistas.


En EL DICTAMEN condenamos este hecho que a todas luces cimbro la conciencia de todos los mexicanos y de quienes de una u otra forma tuvieron conocimiento del caso, pero también agregaríamos que nuestro país sigue su marcha y es mejor honrar a los finados con trabajo y no con acciones graves que han afectado a todos los mexicanos en su conjunto.

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