martes, 24 de junio de 2014

Salvemos Coyuca



Juan López

    La pobreza es un erial baldío donde los embaucadores siembran hortalizas perecederas. A esa gente desempleada, con agenda inminente de migrantes, un electrodoméstico, una despensa, un vale de enseres, un discurso lacrimógeno, las colma de paciencia. Experimentan la solidaridad del político, precisamente cuando las elecciones se aproximan. Hay una concurrencia especial en esos momentos que multiplican la dádiva, por quienes se sienten predestinados a inmolarse por Guerrero en la gubernatura, legislaturas y alcaldías.

    No es sólo Acapulco y los municipios más relevantes. Toda la geografía estatal forma parte de las ambiciones mal disimuladas de la clase de gambusinos que idolatran el poder. Están los que ya probaron la droga del presupuesto, los que la desean saborear y quienes jamás se han apeado de la nómina y se sienten náufragos, si los electores llegasen a arrojarlos al océano de la indigencia.

    Merced Valdovinos Diego fue presidente municipal de Coyuca de Benítez en la administración anterior inmediata. Los desfalcos de su gobierno se suman hoy a la impunidad de que disfruta sin que ninguna contraloría lo someta. Es un sibarita que disfruta la vida, cobra en el gobierno, no rinde cuentas de sus fechorías y, camina orondo por las rancherías de su terruño, tan quitado de la pena que, hasta parece honesto funcionario y alternativa decente para volver a presidir dicho Ayuntamiento, objeto de sus trapacerías. 

    Los fines de semana se introduce con su caravana de caritativos en las más intrincadas zonas rurales de Coyuca. Lleva obsequios, becas, promesas, vacunas, bolsas de alimentos, medicinas y les asegura que sólo falta que lo elijan a él (de lo que sea), para que la triste pobreza que padecen, se convierta en una estación de la felicidad, donde todos van a tener cupo en el convoy de la prosperidad y la abundancia que, ya viene.

    Sonríe sin escrúpulos, miente con la pose de su cachaza. Parece haber olvidado que las arcas del Ayuntamiento cuando él las malgastaba, siguen esperando a que justifique sus gastos y despilfarros. Se le ve tan tranquilo. Su sonrisa motiva a dar fe de su inocencia. Los políticos como él son seminales que se multiplican hasta con un aguacero.
    Ganó las elecciones anteriores utilizando el Partido de Convergencia. Al ser cuestionado por la dirigencia, dado que el saqueo municipal era público y notorio, se declaró independiente. Renegó de sus padrinos políticos y negó que los hubiese necesitado para lograr su figura de Primer Edil.

    Por ello hoy busca concitar apoyos ciudadanos. Regala lo que no es suyo porque es obvio el origen de su patrimonio personal. Convoca a los pobres pues el único filón que le queda, dada su precaria figura política. Se reúne con colonos a los que puede engañar aún. Posee la simpatía del charlatán y los dones del estafador profesional.

    Pero… Coyuca de Benítez es tierra pródiga. Solar que no merece que se le dilapiden sus recursos patrimoniales ni que le malversen su erario público los pícaros y tunantes.

     Coyuca es un territorio geográfico, histórico, moral y social que está llamado a conurbarse con Acapulco y ser pronto, un emporio turístico de proporciones extraordinarias. Necesita de hombres recios, virtuosos, calificados que entiendan y sepan valorar su grandeza que se aproxima a los dinteles de la inmediata generación. Salvémosla de intentos como el de Merced  Valdovinos que, a lo único que aspira es a reincidir en las transgresiones que tiene acumuladas, de cuando en mala hora fue alcalde de este noble pueblo. 

    PD: “Si me engañas una vez es tu audacia. Si me engañas dos veces, es mi culpa”:  Benjamín Franklin.



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