domingo, 2 de febrero de 2014

Mario Moreno



Juan López

   El video que transmite la elocuencia de Pioquinto Damián Huato en la asamblea de El Ocotito y donde tunde de epítetos al presidente municipal de Chilpancingo Mario Moreno Arcos, contiene varias lecturas. Se trata de un encuentro difícil donde el Alcalde va a apaciguar los ánimos encendidos de la población que ha sido arrastrada por el vértigo de la violencia.    
                 
El funcionario es acorralado por los señalamientos del presidente de la Canaco capitalina: palabras hirientes, duras como el pavimento de concreto, van como saetas directas a su yugular.

Pioquinto no es hechura improvisada; sabe mangonear la palabra, incita, tiene capacidad de convocatoria. La oposición es para él agua dulce donde como pez navega con oronda displicencia.   

El mutismo de Mario Moreno Arcos, mientras su antagonista levanta polvaredas, no es menos significativo. Hay templanza valiosa que es tacto prudente: en el epicentro de la diatriba Mario no olvidó que es autoridad municipal. Que representa una institución y que está investido de poderes públicos otorgados por el pueblo en legítimo cotejo electoral. Las urnas son un poder político que se delega en quien obtiene mayoría ciudadana. 
                     
Las investigaciones judiciales son tarea de la Procuraduría del Estado. Lo que me interesa destacar es la actitud madura, la firmeza personal, el equilibrio emocional de Mario, al nunca haber perdido la compostura pese a la endurecida furia demostrada por su interlocutor. 
                                    
Al evaluar el saldo de la trifulca es, en mi opinión, meritorio el liderazgo espontáneo del Alcalde capitalino. La prudencia y la dignidad también se prueban cuando se es atacado por la insidia del resentimiento, Mario Moreno Arcos muestra sensatez y cordura como arma pacífica, al librar las batallas promovidas por Pioquinto Damián Huato.  

Cierto, hay un cadáver en la familia del vociferante. Una vida que no se recupera con nada. Pero tampoco es juicioso emprender una cacería contra el Alcalde, que lo único que demostró al ser vituperado, es que es un político con alto rendimiento de reflexión.

     PD: “Cuando dos discuten, ambos tienen la razón”: Henry Kissinger.


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