sábado, 4 de enero de 2014

Día del Periodista


Juan López

    El sábado festejamos el Día del periodista. Escuché en los discursos que la nuestra se trata de una profesión de alto riesgo. Nunca me había dado cuenta de ello. Pensé que peligroso era ser torero o corredor de vehículos deportivos, político honesto o sicario. Sociedad, donde el presidente Municipal, en este caso Luis Walton, va a las actividades de los comunicadores, es una  sociedad con buenos índices democráticos.

    Del gremio hablaron Miguel Ángel Mata, Raúl Pérez García, Domingo Gómez Gallardo, equilibrando el parangón histórico de Juan Escudero. El orador oficial hizo analogías políticas entre el héroe civil y el Alcalde; sin embargo le faltó la principal identidad entre ambos, pues tanto Escudero como Walton, su salario lo donaron a causas beneméritas. Ninguno de los dos jamás cobraron un céntimo de la nómina.

    La prensa creo yo tiene funciones entrañables con la ética. Las figuras señeras del periodismo fueron grandes por su autoridad moral. Quienes nunca transigieron con la ocasión ni utilizaron la lisonja como medio de procuración personal, siguen vivos en la memoria cívica. El mejor ejemplo es Nacho de la Hoya: pluma, estilete, mordente, despiadada. Víctima del poder político y de la indiferencia ciudadana.

    Cuenta el difunto Sócrates que en Atenas era fácil, preguntando en la calle, encontrar dónde quedaba la carnicería. Si se inquiría a cualquier persona, la dirección de un médico acreditado, de inmediato se ubicaba el lugar donde atendía a sus enfermos. Lo difícil era cuando se solicitaba la presencia de un hombre honrado, justo, equilibrado. Entonces nadie podía satisfacer al requirente. Una persona buena… ¿Dónde…?

    Qué pasaría hoy si un lector nos detiene en la calle y nos pide que lo llevemos con un periodista confiable, reputado, libre y honesto.

    Brete, trance, dificultad.

    A quién de los que vivimos revolcando la noticia, informando y orientando a la opinión pública, nos tocaría en suerte ser elegidos como modelos sociales de pulcritud y ejemplo ciudadano. ¿Qué hacemos?.

    Nos preocupamos mucho por los colegas muertos, violentados, ofendidos y humillados pero, callamos ante la urgente necesidad de darle a la Prensa actual un estatuto personal de moral inquebrantable.


    PD: “El ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”: Salvador Díaz Mirón.   

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