lunes, 15 de julio de 2013

BLOG DE HISTORIAS



OFFIR DAMIAN JAIMES

CUENTAN que un hombre acudió a una tienda de autoservicio y mientras hacía sus compras vio cuando a una persona se le cayó su cartera e intentó hablarle para advertirle, sin conseguirlo. Por lo que se apresuró y recogió la cartera del piso y se dio cuenta que dentro estaba un gran fajo de billetes de alta denominación. Tomó la cartera y se dirigió a uno de las cajeras de la tienda, contó lo que había sucedido y la entregó.

En ese momento, por las bocinas de la tienda de autoservicio se anunció que había un ganador del premio a la honestidad de esa cadena internacional. Por lo que el gerente, los ejecutivos y todo el personal acudieron hasta donde se encontraba el feliz afortunado del premio que se había hecho merecedor al entregar la cartera.

El gerente se dirigió a él, le explicó la mecánica del concurso que no tan solo era nacional, sino que se estaba llevando a cabo a nivel mundial y que todo era una actuación con una cámara escondida para demostrar que sí existía la honradez. Que después de mucho tiempo por fin él había resultado ganador y que se había hecho acreedor a un automóvil del año, y que lo único que tenía que hacer era firmar un documento en donde autorizaba a la tienda para que el video de la cámara escondida se utilizara en televisión nacional e internacional como publicidad para la tienda.

El hombre se quedó pensando, vio de reojo el auto, y le habló discretamente al gerente: — ¿Podría ver antes el video?—.

Y después de ver el video nuevamente se dirigió al gerente: —No puedo aceptar el premio. No puedo salir en la televisión, porque la mujer que viene conmigo no es mi esposa, es mi amante—.

PRINCIPIANTES DE LA POLÍTICA. La mayoría de las anécdotas que se han contado aquí son verdaderas, en algunos casos he hecho el enorme esfuerzo de omitir los nombres de quienes las han protagonizado. En esta ocasión haré una excepción y con mucho respeto les contaré una historia de una persona que ya no se encuentra con nosotros, de don Blas Vergara Aguilar, dirigente de la CNC y quien muchas veces fue delegado político en la región.

Para quienes desconocen las dinámicas de un partido les diré que los tiempos son muy precisos: si el Consejo Estatal Electoral marca una hora y fecha límite para registrar una planilla de presidente, síndicos y regidores a un ayuntamiento, los plazos son muy exactos y no hay prórrogas, salvo excepciones justificables.

En una ocasión don Blas fue delegado municipal del PRI en el municipio de Tlalchapa, y una señora que ya le habían dicho que sería regidora con anticipación se le avisó que tenía que entregar su documentación. Como es común en esos casos existe el jaloneo político y las planillas se arman de última hora, con escaso tiempo para acudir a Chilpancingo al registro definitivo.

Por lo que don Blas acudió por la noche con el tiempo encima a recibir la documentación y la señora que iba a ser regidora se le acercó y le dijo: —Bah, don Blas, no reuní mis documentos, ¿se los puedo entregar mañana?

Por lo que don Blas, con mucho oficio político le respondió: —Sí, mi madre, mañana o pasado, cuando tú puedas me traes tus papeles—.

LES CONTARÉ una versión del por qué a los tlapehualenses les dicen brujos. No me crea usted, solo es una versión.

En toda la región hubo un mestizaje de personas blancas con los indígenas. En algunos casos por la riqueza de la tierra, por los minerales, es que gente blanca y extranjera llegó a sitios como Placeres del Oro, o en el caso de los prisioneros de Bélgica, que estuvieron en Zirándaro durante la Intervención Francesa.

Por ese motivo el mestizaje fue en mayor medida, pero en Tlapehuala no hubo esa mezcla de razas en gran proporción y la raza indígena permaneció durante mucho tiempo intacta en su sangre. Al permanecer la raza indígena permanecieron sus costumbres y tradiciones como lo fue la medicina natural tradicional herbolaria y mucha gente de la región acudía a Tlapehuala a curarse de diversas enfermedades y padecimientos porque el conocimiento de esta medicina indígena estaba depositado en curanderos de este pueblo.

Los curanderos indígenas fueron transmitiendo de generación en generación estos conocimientos que permanecieron vigentes y en algún momento de ser curanderos pasaron a ser brujos, y fueron muchas las personas reconocidas como tal, que en verdad ofrecían un servicio en beneficio de la salud.

Y aunque ahora la mayoría de los que se dedican a eso es charlatanería y una forma fácil de quitarle dinero al prójimo, el que antes haya habido muchos curanderos de medicina herbolaria, fue lo que originó que a los tlapehualenses se les conociera como los brujos.

EN ESTA OCASIÓN me atrevo a recomendarle el libro o audio libro “El secreto” de Rhonda Byrne, que es un primer acercamiento a la ley de la atracción o a la afirmación que somos lo que pensamos.

Soy Offir Damián  y me despido con una frase del libro “El secreto”: Lo que está pasando en tu mente es lo que estás atrayendo”.


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