lunes, 1 de abril de 2013

Relevo Universitario (Juan López)


La Universidad Autónoma de Guerrero necesita compartir su universo estudiantil con otra Máxima Casa de Estudios, con la cual subdivida su multitudinaria matrícula. Esa otra Universidad urge crearla, fundarla con la base escolar del Conalep y el Colegio de Bachilleres: suficiente grey estudiantil.
  
No se trata de minimizar a la U.A.G., sino de hacerla mejor, más competitiva, científica y eficaz.
   
La figura única de universidad Pública, monopólica, como hasta ahora funciona en Guerrero, sin alternativas académicas para los jóvenes estudiantes, no puede sostenerse en un mundo global, abierto y democrático.
    
Oponerse a que los universitarios no puedan ni tengan opción educativa, no es saludable, aceptable ni bueno. En cualquier sociedad democrática y moderna, los educandos necesitan disponer de espacios académicos diferentes, de oportunidades diversas y de bachilleratos que fomenten la competencia.
    
La corrupción se vuelve obligatoria donde la enseñanza no tiene  libertades individuales. El concepto de universidad única es africano por lo que tiene de pre-moderno. Porque la calidad académica carece de estímulos e incentivos. Por las posibilidades de su rudeza, que han llevado a la UAG a ostentar uno de los más bajos índices de desarrollo intelectual.
   
Nuestra Universidad no tiene una sola cátedra personalizada. Ninguno de sus académicos tiene obra científica publicada. El número de profesionales egresados es raquítico. No existe ejerciendo como catedrático en sus aulas  ninguna celebridad de ninguna índole. Para nada son ejemplares sus saldos  y si por sus frutos la conoceréis, es preferible no conocerla.
   
El rector que tomará posesión de su próximo destino tiene ya preparado el primer desliz a que es obligado: designar al rector interino saliente, con un cargo sobresaliente en salario, para que continúe  medrando en la nómina universitaria.
    
Alberto Salgado Rodríguez será pronto director de una Unidad Académica, que va  a crearse ex profeso, en pago a sus servicios personales, adquiridos durante el unigénito proceso electoral que concibió a Xavier Saldaña Almazán como su sucesor.
    
Y recordémosle que, durante su cacareada campaña electoral logró prometer que la corrupción sería combatida en su rectoría. Lo que no podrá cumplir porque la propia administración de la UAG es un pantano hondo y  profundo de intereses creados, donde están encimados todos los ex rectores, disfrutando de obesos obsequios económicos, pagados por un subsidio que sí no alcanza para otros rubros que en verdad urgen al estudiantado.
   
Cuando conocemos  la estructura orgánica universitaria y sabemos, del núcleo de carroñeros que a su generosa bondad se atienen para sobrevivir, es doloroso aceptar que dos mil millones de pesos anuales, pagados de los impuestos del pueblo sean para  patrocinar la complacencia de un puñado de parásitos.
    
La Universidad, Alma Mater, paraninfo del arte, la ciencia y el espíritu, la fundó en Atenas Platón el discípulo de Sócrates. No es una criatura de Marcial Rodríguez, de Florentino ni de Saldaña.
   
PD: “Hay hombres que corrompen el poder”: Bernard Shaw.  

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