lunes, 20 de agosto de 2012

De Frente; Ayuntamientos: Por: Miguel Ángel Mata Mata



Ayuntamiento, de ayuntar, según definición de la RAE, es la acción y efecto de  ayuntar o ayuntarse. Es una corporación compuesta de un alcalde y varios concejales para la administración de los intereses de un municipio. Es también casa consistorial, junta o coito. ¿Porqué es asi? Porque ayuntar deriva del antiguo ayunto 'junta', y este del latín adiunctus 'junto'. Por eso es  juntar, unir, añadir, realizar el coito.

En éste contexto leemos que en el norte del país, en Sonora, un presidente municipal vendió el edificio del palacio municipal para poder pagar la nómina de sus trabajadores. Otro en Tepeji del Río, entre el Estado de México y  Querétaro, se compró una camioneta de 550 mil pesos con recursos destinados al drenaje del pueblo.  En Michoacán muchos ayuntamientos han cerrado sus puertas porque no tienen dinero. Han quebrado.

En Petatlán, Guerrero, el Palacio Municipal tiene luz eléctrica porque se ha colgado a los cables que tendió la CFE. Hace mucho les cortaron el servicio porque no pagaron. En Iguala de plano los ediles le han colgado el calificativo a Irresponsable a Raúl Tovar, porque ni nómina, ni bonos, ni servicios ha pagado.  En Cruz Grande los ciudadanos le exigen al presidente municipal que barra las calles, pero este hace mucho que nomás llega a cobrar su quincena, lo mismo que los regidores. En Coyuca de Benítez la sala de cabildo luce vacía.

¿Además del significado  juntar, unir, añadir, realizar el coito, que otro común une a los ayuntamientos de Guerrero y de todo el país? Elemental: a partir del año dos mil, cuando la alternancia política llegó a México, también hubo cambio en los casi tres mil mandos municipales. Al llegar ésta muchos  administraron con honradez y responsabilidad y lograron llevar las cosas en paz. Ellos entendieron que el significado de ayuntar es unir, juntar.

En Guerrero podemos decir que fueron excelentes presidentes municipales, por ejemplo los de Acapulco, Zeferino Torreblanca y Alberto López Rosas. Aunque el primero se transformó cual Mister Hyde  cuando ganó la gubernatura, sería mezquino no reconocer su excelente labor en la comuna de Acapulco. Del segundo  ahí están sus miles de calles pavimentadas, sus plantas tratadoras de aguas residuales, sus 18 mil nuevas tomas domiciliarias de agua en la zona rural y muchas otras cosas.

Ambos entendieron que una parte del significado de la palabra “ayuntar”, que es encabezar una corporación compuesta de un alcalde y varios concejales para la administración de los intereses de un municipio. Y lo hicieron maravillosamente.

Pero en Acapulco, como en el resto del país, la transición a la democracia le pegó al municipio con vivales que se embolsaron todo lo que pudieron, engordaron las nóminas municipales y heredaron mayúsculos problemas a sus sucesores. Ellos entendieron de ayuntar la última parte de su significado y significante: hacer el coito. El claro ejemplo de ello en Acapulco es Félix Salgado Macedonio. Le hizo el coito a la administración  municipal cuando estuvo al frente de concejales, en lugar de administrar con honradez y eficacia.

Félix elevó la nómina en casi dos mil 500 empleados mas, endeudó con 800 millones a la administración central y con 500 mas a la Comisión de Agua Potable, al tiempo que desató la violencia terrible en Acapulco al pretender involucrarse con uno de los grupos criminales… y dejar la sospecha de quedarse con un maletín con millones de dólares con lo que abrió así la tapa de la terrible Caja de Pandora que aun  no podemos cerrar. Luego se encerró miedoso, ante lo que desató como aquel aprendiz de brujo que jamás llegará  a ser.

Luego de Félix vino el caos. Las subsecuentes administraciones tuvieron y tendrán  que pedir otro crédito para pagar lo de Félix. Tuvieron que pagar millones en demandas laborales y tuvieron que lidiar con los miles de empleados a los que regaló bases sindicales, pretendiendo hacer justicia populista cuando lo que consiguió fue que del total de ingresos municipales, el 98 por ciento se destina a la nómina. Nomás.

En México, como en Guerrero y en Acapulco, hay y hubo alcaldes que entienden el significado de ayuntamiento como juntar, unir añadir. Y hay, y los habrá aun mas,  otros que como Félix Salgado entiendan que el significado de ayuntar es hacer el coito. Y eso  nos hizo Félix a todos los acapulqueños… el coito.

Es indispensable una reforma legal que llegue hasta la base de la sociedad: el ayuntamiento, y así amarrar las manos a ineficaces y poco honrados políticos que, además de improductivos, nos representan una sangría a todos los ciudadanos. En el país se dice que los gobernadores se convirtieron en virreyes luego de la alternancia, pero no se ha dicho la realidad de sátrapas metidos como concejales municipales.  Urge una reforma o nos ayuntarán… otra vez.  

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